Friday, July 2, 2021

Roswell.

  Corría el año 1947 y tal día como hoy aconteció un suceso que aunque por años pasó inadvertido para muchos, incluso para los fanáticos de la vida extraterrestre y los teóricos de las conspiraciones, daría forma a uno de los mitos mayormente conocidos: el caso de los alienígenas de Roswell.

Investigaciones posteriores han dado a la luz miles de historias distintas, pero por desgracia, el paso del tiempo ha dado más sombra que luz al hecho. Se ha hablado desde operaciones militares encubiertas hasta el hecho real de ser seres ajenos a nuestro planeta que se estrellaron en esta área y cuyos cuerpos y partes de los aparatos se encuentran en la secretísima base militar conocida como Area 51.

¿Qué hay de cierto?. Que hubo un incidente mantenido en secreto por muchos años producto del hermetismo provocado por la Guerra Fría. Esto dio rienda suelta a la imaginaria popular y muchos han hecho dinero con el tema, incluso el poblado de Roswell, con algo de injusticia, pues el incidente en realidad pasó mas cerca de Corona (menos de la mitad de distancia) que de Roswell, sin contar que fueron los vecinos de Corona los primeros en enterarse del incidente cuando un ranchero les dio aviso de lo que había visto, antes de trasladarse a Roswell y dar parte a las autoridades.

 Hace unos diez años saltó al conocimiento público una teoría de que fue una maniobra del dictador soviético Stalin en colaboración con el médico nazi Menguele para crear una situación de pánico en EEUU usando naves con aspecto extraterrenal pilotadas o conteniendo personas de apenas tres pies (menos de un metro) de estatura y ojos prominentemente exagerados. Para rematar, desde hace poco agencias del gobierno norteamericano han entretenido a la muchedumbre sobre la certeza de avistamientos de objetos no identificables y que podrían ser los deseados "hermanos interesterales". Un poco más de agua para esta sopa interminable.

Hemingway.


 

Sesenta años hace desde que el escritor Ernest Hemingway se pegase un tiro mortal en su casa de Idaho. Para muchos, un literato de gran valía. Sin embargo, creo que fue más famoso por su rocambolesca vida que por su mediocre obra literaria que le valió, increíblemente, un Nobel de Literatura en 1954. 

Consumado mujeriego, borracho y fabulador, ya es ampliamente documentado que nunca corrió delante de los toros, ni en Pamplona ni en ningún sitio, a pesar de que sí sentía pasión por las corridas. Tampoco fue ese activista corresponsal de guerra en España sino un cronista pasable, que disfrutó más la guerra como “turista” que como partidario del Bando Republicano (antifranquistas). 

Aquí radica uno de los episodios más oscuros de su vida. Su rompimiento con John Dos Passos, a quien acusó de cobarde por abandonar España a raíz del asesinato de un amigo en común, el intelectual comunista gallego José Robles, quien fue ejecutado por órdenes de Stalin, a pesar de ser un peón de los rusos en esta “guerra civil”. Al igual que Rafael Alberti, Hemingway llegó a tener idea de quiénes fueron los autores de este crimen, sin embargo, su lealtad al bando republicano apoyado por la izquierda internacional y directamente por la Rusia soviética, le hace mirar hacia el otro lado. 

Se fue a vivir a Cuba, en donde tenía la finca Vigía que usaba como refugio de invierno y la abandona, un año y medio después de la llegada de Castro al poder y un año antes de suicidarse. Se dice que el constante ataque a intereses americanos y sus ciudadanos, además de convertirse su casa en un lugar de peregrinación, fueron motivos supremos.

No sería el único que se suicidase de la familia.

Tuesday, June 29, 2021

Razas, ideologías y salud mental.


Es una táctica común de los bandos políticamente sobrecargados el acusar a los partidarios particulares de una ideología y equiparar ese culto acérrimo a la enfermedad mental. 

Un estudio hecho por Zack Goldberg, candidato a doctor en Ciencias Políticas, degranó los informes del nada sospechoso de ser conservador Centro de Investigaciones Pew (Pew Research Center) y encontró que los conservadores blancos tenían muchas menos probabilidades de ser diagnosticados con problemas de salud mental que aquellos que se identificaban como liberales o incluso como "muy liberales" de la misma raza. Es más, las mujeres blancas liberales se llevan el peor dato, incluso muy por encima de aquellas con igual ideología pero de diferente raza. De hecho, más del 50% de las mujeres blancas liberales menores de 30 años tienen o han tenido algún episodio de salud mental. 

 Entre los elementos a tener en cuenta, es destacable como los liberales concuerdan en sus fuentes de adquisición de información, muchas de ellas convertidas no en propiciadores de noticias y opiniones fundadas sino en centros de ataques, censuras y fake news (noticias falsas).

 El Dr. Lyle H. Rossiter Jr., un psiquiatra forense que ha tratado trastornos mentales durante más de 30 años, concuerda que el liberalismo blanco prospera supuestamente defendiendo a los "trabajadores", las "minorías", "el pequeño", las "mujeres" y las " desempleados ”, a quienes ven continuamente como“ agraviados, estafados, oprimidos, privados de derechos, explotados y victimizados ”con poca o ninguna agencia propia (una visión que a menudo muta en la infantilización y condescendencia de ciertos grupos dentro de una narrativa). Describe a los liberales como poseedores de "creencias y emociones sorprendentemente irracionales, los liberales modernos socavan implacablemente los principios más importantes sobre los que se fundaron nuestras libertades". Además los compara con "niños malcriados y enfadados", que se rebelan contra "las responsabilidades normales de la edad adulta y exigen que un gobierno paternal satisfaga sus necesidades desde la cuna hasta la tumba".

No es de extrañar las imágenes de manifestantes blancos de izquierda chillando como monos, en histerismo total, poseídos por los demonios de Marx o el Che y apelando a perretas infantiloides que muchas veces se tornan en violentas para llamar la atención, la mayoría de ellos desde la comodidad de una estabilidad económica, social o amamantados por entes superiores que los manejan como marionetas para el show político del momento.

Tuesday, May 11, 2021

Bibliocastía revolucionaria.

 

La idiotez, que es la gota de los reyes de la verdad suprema, es un mal contagioso que desinhibe al poseso y le crea una satisfacción orgásmica ante el ridículo. 
 
El miércoles pasado, durante una entrevista y frente a un auditorio a tenor de la Feria del Libro que se celebraba en Bogotá, Vargas Llosa fue interrumpido por un "iluminado" que le acusó de conspirar junto a Carlos Montaner (supongo que Carlos Alberto Montaner) y Alvaro Uribe para acabar con la revolución chaburriana de Venezuela. Para muestra de su convicción, rompió un libro del afamado escritor, ante los abucheos del público en general. El literato, con la calma que produce los años y conociendo como actúan los discefálicos sedientos de sus 15 minutos de fama, parafraseó al poeta Heinrich Heine y le disparó certero al pecho del biblicida: "Se comienza rompiendo libros y se termina matando gente". 
 
Y es que este gesto retrovolucionario del aquejado defensor de las libertades para unos pocos es el símbolo cabal de las dictaduras, el crear la censura, inventar enemigos y aborregar a las masas. Coincidentemente, esa misma tesis conspirativa es la que sostiene el señor Maduro cuando se refirió al asesinato de una de sus garrapatas políticas, un tal Otaiza. Sigue siendo grande Vargas Llosa y prosaicamente precámbrica la ideología de estos catetos pseudoilustrados, que liban conciencias, compran voluntades y aplastan a sus semejantes. A idiotez cantada, metralla de libertades.
 
(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 5 de mayo de 2014) 

Izquierdointelectaulidad nauseabunda.

 

Las ferias de libros suelen ser como los desfiles de moda, autores presentando o firmando obras y alguna que otra discusión o fuera de tono que edulcoran el ambiente, hasta cierto punto, meramente mercantilista. Fue así en Bogotá con Vargas Llosa y ahora, con ligero retraso, nos llega las declaraciones de Eduardo Galeano en Brasilia a tenor de su, posiblemente, obra más influyente:"Las Venas Abiertas de América Latina". Reconoce el autor que «no sería capaz de leerla de nuevo. Caería desmayado», «para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado en el hospital». También diría que, aunque no se arrepiente de haberla escrito (le supuso mucho dinero y fama, claro está), fue dada a la luz como una obra de economía política aunque sus conocimientos en ambas materias era pobre.

Venas Abiertas. ©Clara Barbieri
La izquierda se rasga las vestiduras; los amnésicos y teoníricos, devotos y chupaflautas claman a los marxianos. ¡Herejía!. Parecería una anécdota para rellenar diarios si no fuera porque este libro, junto a otros eméticos títulos como "La Guerra de Guerrillas", del infausto Che o "Para Leer al Pato Donald", de los enajenados Ariel Dorfman y Armand Mattelart, supuso una biblia, manual de culto, desde universidades hasta campos guerrilleros. Es posible que la culpa pese con los años, que el equivocarse de buena fe produjo efectos contrarios, muy onerosos para toda Latinoamérica, incluso vidas sacrificadas por ideales malditos, torcidos,  pero que siempre encuentran escondrijos en las mentes más perversas del político de turno, el prontoarribista, catetos coloridos y cerebros planiformes.

Realmente espero que Eduardo Hugues Galeano viva atormentado del daño que ha hecho a generaciones enteras o, al menos, que ayude a desmontar la falacia victimista de los pueblos al sur del Río Bravo, que los lleva siempre a escoger caudillos, usar la violencia y culpar a otros (EEUU) de sus males endémicos. De tontos útiles está el planeta plagado.


(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 11 de marzo de 2014)

Entrasale de Cuba.

 


De vuelta al ruedo, parece que el tema de los viajes desde y hacia Cuba está por ambos lados del Estrecho de la Florida. Obama, tratando de asegurarse el futuro voto de los cubanosamericanos; Castro, asegurándose más años en el poder. Y vienen a mí diciéndome: "ya esto de salir y entrar a Cuba normalmente está al caer". ¿Al caer?. Llevo más de 20 años sin ver La Habana, pesa sobre mí desde hace mucho una prohibición de entrada a Cuba, aunque no iría así me dejasen ahora mismo. Mis razones tengo y cansado estoy de darlas por lo que he resuelto tomar las palabras del Apóstol de la Independencia de Cuba José Martí, para ilustrar con claridad mi negativa de volver a poner un pie en la isla, de donde fui expulsado. Decía el poeta al respecto:

"Nos trajo aquí la guerra y aquí nos mantiene el aborrecimiento a la tiranía, tan arraigado en nosotros, tan esencial a nuestra naturaleza, que no podríamos arrancárnoslo sino con la carne viva.

¿A qué hemos de ir a allá cuando no es posible vivir con decoro ni parece aun llegada la hora de volver a morir?. ¿A que iríamos a Cuba?. ¿A oír chasquear el látigo en espaldas de hombres, en espaldas cubanas, y no volar aunque no haya más armas que ramas de árboles, a clavar en un tronco para ejemplo, la mano que nos castiga?

¿Ver el consorcio repugnante de los hijos de los héroes, de los mismos empequeñecidos en la impureza, y los vicios importados que ostentan, ante los que debieran vivir de espaldas a ellos, su prosperidad inmunda?

¿Saludar, pedir, sonreír, dar nuestra mano, ver a la caterva que florece sobre nuestra angustia, como las mariposas negras y amarillas que nacen del estiércol de los caminos?. ¿Ver un burócrata insolente que pasea su lujo, su carruaje, su dama, ante el pensador augusto que va a pie a su lado, sin tener de seguro dónde buscar en su propia tierra el pan para su casa?

¿Ver en el bochorno a los ilustres, en el desamparo a los honrados en complicidades vergonzosas al talento en compañía impura, a las mujeres sin los frutos de su suelo, al campesino, que tiene que ceder al soldado que mañana lo ha de perseguir, hasta el cultivo de sus propias cañas?

¿Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo en quien el juicio llega hoy a donde llegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimulo? Puñal es poco para decir lo que eso duele. ¿Ir, a tanta vergüenza? Otros pueden:   ¡¡NOSOTROS NO PODEMOS!!"

“Mientras un pueblo no tenga conquistados sus derechos, el hijo suyo que pisa en son de fiesta la casa de quienes se lo conculcan, es enemigo de su pueblo.”

¿Debo decir más?.

(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 11 de mayo de 2011)

Tuesday, December 8, 2020

#PretendToBeATimeTravelerDay

El 8 de diciembre se celebra el Día De Los Que Pretenden Ser Viajeros En El Tiempo, un nombre bien largo para algo sumamente difícil. Se recuerdan hechos del pasado, se pasa en familia viendo filmes de este género y las redes sociales se llenan de fotos con artefactos casi olvidados, desde una máquina de coser Singer hasta un tocadiscos.

El viaje en el tiempo es un elemento importante de la ciencia ficción que conocemos y amamos hoy en día, así como una consideración para los científicos que intentan descifrar sus posibilidades. Pero a pesar de su aparición en numerosas películas, libros y programas de televisión, es una idea relativamente nueva.

Las primeras menciones sobre el viaje en el tiempo siempre fueron sobre el avance. Textos como el antiguo "Mahabharata" indio usaban una versión en la que la gente se quedaba dormida o visitaba a un dios y cuando recobraban el sentido descubrían que habían dado un salto hacia el futuro.

No fue hasta 1895 cuando el viaje en el tiempo se convirtió en una calle de doble sentido, con la publicación de la novela de H. G. Wells "La Máquina del Tiempo". El libro popularizó la noción de un vehículo diseñado para transportar a sus pasajeros hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. El protagonista del libro viaja al año 802.701 d.C. y observa el futuro de la raza humana, antes de volver a contar la historia a sus invitados a la cena. La adaptación cinematográfica se creó en 1960, y luego otra vez en 2002 con Guy Pearce.

Las historias de viajes en el tiempo se hicieron aún más complejas en 1941 con el cuento corto de Robert A Heinlen "By His Bootstraps", que mostraba al protagonista ocupando múltiples marcos temporales a la vez a través del viaje en el tiempo, y por lo tanto intersectándose con diferentes versiones de sí mismo.

Otras numerosas historias nuevas fascinadas por la idea de moverse a través del tiempo y el espacio, incluyendo "Regreso al Futuro", que explotó en las pantallas en 1985. Mientras tanto, en la televisión,  la BBC inventó "Doctor Who" y lo envió a los hogares del Reino Unido en 1963. El programa presentaba a un viajero del tiempo profesional - El Doctor - y ha tenido un gran éxito a lo largo de los años con nuevos personajes, historias y universos. En 2018, Jodie Whitaker se convirtió en la primera mujer en asumir el papel.
 

Aunque no soy amante a la ciencia ficción, los recursos de la industria audiovisual ha incorporado buenos títulos al tema pero sin dudas me quedaría con la versión original de la película La Máquina del Tiempo, el libro homónimo del escritor H.G. Wells, la película Somewhere in Time (en español  En Algún Lugar Del Tiempo, Deja Que El Tiempo Vuelva y Pide Al Tiempo Que Vuelva) del fallecido Christopher Reeves y las series Outlander y El Ministerio del Tiempo.

Como fantasía, bien. Pero la realidad es que no podemos regresar, ni deshacer lo andado aunque muchos llevan a cuesta el pasado por muchos años. Hay que disfrutar la vida, los momentos, para luego no añorar maquinitas que nos den algo de felicidad.