Tuesday, May 11, 2021

Bibliocastía revolucionaria.

 

La idiotez, que es la gota de los reyes de la verdad suprema, es un mal contagioso que desinhibe al poseso y le crea una satisfacción orgásmica ante el ridículo. 
 
El miércoles pasado, durante una entrevista y frente a un auditorio a tenor de la Feria del Libro que se celebraba en Bogotá, Vargas Llosa fue interrumpido por un "iluminado" que le acusó de conspirar junto a Carlos Montaner (supongo que Carlos Alberto Montaner) y Alvaro Uribe para acabar con la revolución chaburriana de Venezuela. Para muestra de su convicción, rompió un libro del afamado escritor, ante los abucheos del público en general. El literato, con la calma que produce los años y conociendo como actúan los discefálicos sedientos de sus 15 minutos de fama, parafraseó al poeta Heinrich Heine y le disparó certero al pecho del biblicida: "Se comienza rompiendo libros y se termina matando gente". 
 
Y es que este gesto retrovolucionario del aquejado defensor de las libertades para unos pocos es el símbolo cabal de las dictaduras, el crear la censura, inventar enemigos y aborregar a las masas. Coincidentemente, esa misma tesis conspirativa es la que sostiene el señor Maduro cuando se refirió al asesinato de una de sus garrapatas políticas, un tal Otaiza. Sigue siendo grande Vargas Llosa y prosaicamente precámbrica la ideología de estos catetos pseudoilustrados, que liban conciencias, compran voluntades y aplastan a sus semejantes. A idiotez cantada, metralla de libertades.
 
(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 5 de mayo de 2014) 

Izquierdointelectaulidad nauseabunda.

 

Las ferias de libros suelen ser como los desfiles de moda, autores presentando o firmando obras y alguna que otra discusión o fuera de tono que edulcoran el ambiente, hasta cierto punto, meramente mercantilista. Fue así en Bogotá con Vargas Llosa y ahora, con ligero retraso, nos llega las declaraciones de Eduardo Galeano en Brasilia a tenor de su, posiblemente, obra más influyente:"Las Venas Abiertas de América Latina". Reconoce el autor que «no sería capaz de leerla de nuevo. Caería desmayado», «para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado en el hospital». También diría que, aunque no se arrepiente de haberla escrito (le supuso mucho dinero y fama, claro está), fue dada a la luz como una obra de economía política aunque sus conocimientos en ambas materias era pobre.

Venas Abiertas. ©Clara Barbieri
La izquierda se rasga las vestiduras; los amnésicos y teoníricos, devotos y chupaflautas claman a los marxianos. ¡Herejía!. Parecería una anécdota para rellenar diarios si no fuera porque este libro, junto a otros eméticos títulos como "La Guerra de Guerrillas", del infausto Che o "Para Leer al Pato Donald", de los enajenados Ariel Dorfman y Armand Mattelart, supuso una biblia, manual de culto, desde universidades hasta campos guerrilleros. Es posible que la culpa pese con los años, que el equivocarse de buena fe produjo efectos contrarios, muy onerosos para toda Latinoamérica, incluso vidas sacrificadas por ideales malditos, torcidos,  pero que siempre encuentran escondrijos en las mentes más perversas del político de turno, el prontoarribista, catetos coloridos y cerebros planiformes.

Realmente espero que Eduardo Hugues Galeano viva atormentado del daño que ha hecho a generaciones enteras o, al menos, que ayude a desmontar la falacia victimista de los pueblos al sur del Río Bravo, que los lleva siempre a escoger caudillos, usar la violencia y culpar a otros (EEUU) de sus males endémicos. De tontos útiles está el planeta plagado.


(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 11 de marzo de 2014)

Entrasale de Cuba.

 


De vuelta al ruedo, parece que el tema de los viajes desde y hacia Cuba está por ambos lados del Estrecho de la Florida. Obama, tratando de asegurarse el futuro voto de los cubanosamericanos; Castro, asegurándose más años en el poder. Y vienen a mí diciéndome: "ya esto de salir y entrar a Cuba normalmente está al caer". ¿Al caer?. Llevo más de 20 años sin ver La Habana, pesa sobre mí desde hace mucho una prohibición de entrada a Cuba, aunque no iría así me dejasen ahora mismo. Mis razones tengo y cansado estoy de darlas por lo que he resuelto tomar las palabras del Apóstol de la Independencia de Cuba José Martí, para ilustrar con claridad mi negativa de volver a poner un pie en la isla, de donde fui expulsado. Decía el poeta al respecto:

"Nos trajo aquí la guerra y aquí nos mantiene el aborrecimiento a la tiranía, tan arraigado en nosotros, tan esencial a nuestra naturaleza, que no podríamos arrancárnoslo sino con la carne viva.

¿A qué hemos de ir a allá cuando no es posible vivir con decoro ni parece aun llegada la hora de volver a morir?. ¿A que iríamos a Cuba?. ¿A oír chasquear el látigo en espaldas de hombres, en espaldas cubanas, y no volar aunque no haya más armas que ramas de árboles, a clavar en un tronco para ejemplo, la mano que nos castiga?

¿Ver el consorcio repugnante de los hijos de los héroes, de los mismos empequeñecidos en la impureza, y los vicios importados que ostentan, ante los que debieran vivir de espaldas a ellos, su prosperidad inmunda?

¿Saludar, pedir, sonreír, dar nuestra mano, ver a la caterva que florece sobre nuestra angustia, como las mariposas negras y amarillas que nacen del estiércol de los caminos?. ¿Ver un burócrata insolente que pasea su lujo, su carruaje, su dama, ante el pensador augusto que va a pie a su lado, sin tener de seguro dónde buscar en su propia tierra el pan para su casa?

¿Ver en el bochorno a los ilustres, en el desamparo a los honrados en complicidades vergonzosas al talento en compañía impura, a las mujeres sin los frutos de su suelo, al campesino, que tiene que ceder al soldado que mañana lo ha de perseguir, hasta el cultivo de sus propias cañas?

¿Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo en quien el juicio llega hoy a donde llegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimulo? Puñal es poco para decir lo que eso duele. ¿Ir, a tanta vergüenza? Otros pueden:   ¡¡NOSOTROS NO PODEMOS!!"

“Mientras un pueblo no tenga conquistados sus derechos, el hijo suyo que pisa en son de fiesta la casa de quienes se lo conculcan, es enemigo de su pueblo.”

¿Debo decir más?.

(Publicado originalmente como una Nota en Facebook el 11 de mayo de 2011)

Tuesday, December 8, 2020

#PretendToBeATimeTravelerDay

El 8 de diciembre se celebra el Día De Los Que Pretenden Ser Viajeros En El Tiempo, un nombre bien largo para algo sumamente difícil. Se recuerdan hechos del pasado, se pasa en familia viendo filmes de este género y las redes sociales se llenan de fotos con artefactos casi olvidados, desde una máquina de coser Singer hasta un tocadiscos.

El viaje en el tiempo es un elemento importante de la ciencia ficción que conocemos y amamos hoy en día, así como una consideración para los científicos que intentan descifrar sus posibilidades. Pero a pesar de su aparición en numerosas películas, libros y programas de televisión, es una idea relativamente nueva.

Las primeras menciones sobre el viaje en el tiempo siempre fueron sobre el avance. Textos como el antiguo "Mahabharata" indio usaban una versión en la que la gente se quedaba dormida o visitaba a un dios y cuando recobraban el sentido descubrían que habían dado un salto hacia el futuro.

No fue hasta 1895 cuando el viaje en el tiempo se convirtió en una calle de doble sentido, con la publicación de la novela de H. G. Wells "La Máquina del Tiempo". El libro popularizó la noción de un vehículo diseñado para transportar a sus pasajeros hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. El protagonista del libro viaja al año 802.701 d.C. y observa el futuro de la raza humana, antes de volver a contar la historia a sus invitados a la cena. La adaptación cinematográfica se creó en 1960, y luego otra vez en 2002 con Guy Pearce.

Las historias de viajes en el tiempo se hicieron aún más complejas en 1941 con el cuento corto de Robert A Heinlen "By His Bootstraps", que mostraba al protagonista ocupando múltiples marcos temporales a la vez a través del viaje en el tiempo, y por lo tanto intersectándose con diferentes versiones de sí mismo.

Otras numerosas historias nuevas fascinadas por la idea de moverse a través del tiempo y el espacio, incluyendo "Regreso al Futuro", que explotó en las pantallas en 1985. Mientras tanto, en la televisión,  la BBC inventó "Doctor Who" y lo envió a los hogares del Reino Unido en 1963. El programa presentaba a un viajero del tiempo profesional - El Doctor - y ha tenido un gran éxito a lo largo de los años con nuevos personajes, historias y universos. En 2018, Jodie Whitaker se convirtió en la primera mujer en asumir el papel.
 

Aunque no soy amante a la ciencia ficción, los recursos de la industria audiovisual ha incorporado buenos títulos al tema pero sin dudas me quedaría con la versión original de la película La Máquina del Tiempo, el libro homónimo del escritor H.G. Wells, la película Somewhere in Time (en español  En Algún Lugar Del Tiempo, Deja Que El Tiempo Vuelva y Pide Al Tiempo Que Vuelva) del fallecido Christopher Reeves y las series Outlander y El Ministerio del Tiempo.

Como fantasía, bien. Pero la realidad es que no podemos regresar, ni deshacer lo andado aunque muchos llevan a cuesta el pasado por muchos años. Hay que disfrutar la vida, los momentos, para luego no añorar maquinitas que nos den algo de felicidad.

Thursday, August 13, 2020

Biden y Harris son demasiado débiles para resistir al ala socialista del Partido Demócrata.

Joe Biden no es un Henry Wallace, el candidato a la presidencia por el Partido Progresista de 1948 que muchos pensaron que fue el primer comunista real (o cercano) en postularse para la presidencia de EE.UU. De hecho, Joe es una especie de cero a la izquierda, sus puntos de vista van y vienen junto con los vientos políticos a lo largo de su larga carrera. Su más importante compañera de fórmula, Kamala Harris, es muy parecida, aunque de menor duración.
 

Sin embargo, las elecciones de 2020 serán la primera vez en mucho tiempo, o posiblemente en la historia, donde una elección presidencial de EE.UU. será un ultimátum ideológico—el capitalismo contra el socialismo. (Wallace era, después de todo, un candidato de un tercer partido). El viejo dicho sobre “la elección más importante de la historia” de repente ya no es un cliché tan trillado. 

Esto se debe a que el dúo Biden-Harris es en esencia considerado como un rehén de la creciente ala socialista del Partido Demócrata liderada por Bernie Sanders y “El Escuadrón”, dos de cuyos miembros más extremos —Ilhan Omar y Rashida Tlaib— acaban de ganar sus primarias cómodamente a pesar de la determinada competencia. Estos miembros de extrema izquierda son mucho más populares en su distrito electoral que los nominados en cualquier otro.

 Joe y Kamala no podrían ganar en noviembre sin estos socialistas supuestamente demócratas, incluso si quisieran—y no está muy claro en este momento que quieran hacerlo. De hecho, los indicadores muestran todo lo contrario. A pesar de los esfuerzos del New York Times y otros para tranquilizar a los electores caracterizando a Biden como un “moderado”, él no ha hecho ningún intento hasta ahora para justificar tal cosa.

Ningún momento de “Hermana Soljah” parece estar en el panorama. Apenas habla de la violencia en nuestras calles. No ha llegado tan lejos como el ojo que le da la vuelta a Jerry Nadler para decir que Antifa es un mito, pero bien podría haberlo hecho. Parte de la explicación de esto es que Biden es una persona temerosa y cautelosa por naturaleza. Él tenía, como será recordado, miedo de ir tras Bin Laden por temor a que el intento fallara. En este momento, rara vez sale de su sótano. Es mejor no arruinarlo. 

Permaneciendo en silencio, da pie ante esa violencia en las calles que sin duda aumentaría bajo su administración, una nueva forma de revolución basada en la raza y el género en lugar de la economía, tribalismo en realidad. Mientras tanto, Tucker Carlson ha opinado que hay vendedores de tiempo compartido más dignos de confianza que su compañera de fórmula Kamala, un comentario despiadado con un incómodo toque de verdad. 

Una forma más educada de verla podría ser hacer referencia a Groucho Marx cuando, como Rufus T. Firefly, presidente de Freedonia en Duck Soup, opinó “Estos son mis principios. Y si no te gustan, bueno… también tengo otros”. Por supuesto, Bernie y El Escuadrón no tienen “otros”. Saben cuáles son sus principios, se adhieren a ellos y no son los principios de un estado capitalista.
Creo que es justo decir que Biden y Harris no tienen principios, menos incluso que Groucho, no es que les importen profundamente los principios de todos modos, lo que los hace presa fácil para los que sí los tienen. Gradualmente, o quizás inmediatamente, la izquierda se abriría camino en la administración de Joe y Kamala, si fueran elegidos. Es difícil ver otro escenario. Y entonces seguirá yendo más lejos… y más lejos… como suelen hacer estas cosas. 

Lo que hace que la elección de 2020 sea “la más importante de la historia”, es el último bastión del capitalismo si piensas, como yo, que es inmensamente superior al socialismo.

 

Nos guste o no, lo veamos irónico o heroico o ambos, Donald Trump es ahora el defensor de Adam Smith sobre Karl Marx. Es nuestra última y mejor esperanza. Quedarse sentado o ser un Never Trumper (Nunca Jamás Trump), en este momento, es un lujo que ninguno de nosotros puede permitirse.

Artículo original de Roger L. Simon, autor premiado, guionista nominado al Oscar, cofundador de PJ Media y ahora columnista de The Epoch Times. Editado para actualización y fotos por LuyanoHavana.

Sunday, July 19, 2020

"Mi bisabuelo nigeriano vendió esclavos"


En medio del debate mundial sobre las relaciones raciales, el colonialismo y la esclavitud, algunos de los europeos y estadounidenses que hicieron su fortuna en el comercio de seres humanos han visto su legado reevaluado, sus estatuas derribadas y sus nombres retirados de los edificios públicos.

La periodista y novelista nigeriana Adaobi Tricia Nwaubani escribe que uno de sus antepasados vendió esclavos, pero sostiene que no debe ser juzgado por los estándares o valores de hoy en día.
Mi bisabuelo, Nwaubani Ogogo Oriaku, era lo que yo prefiero llamar un hombre de negocios, del grupo étnico Igbo del sudeste de Nigeria. Comerciaba con varios productos, entre ellos tabaco y productos de palma. También vendía seres humanos.

"Tenía agentes que capturaban esclavos de diferentes lugares y se los llevaban", me dijo mi padre. Los esclavos de Nwaubani Ogogo se vendían a través de los puertos de Calabar y Bonny, en el sur de lo que hoy se conoce como Nigeria.

Las personas de los grupos étnicos de la costa, como los Efik y los Ijaw, solían actuar como estibadores de los comerciantes blancos y como intermediarios de los comerciantes Igbo, como mi bisabuelo. Cargaban y descargaban los barcos y suministraban a los extranjeros comida y otras provisiones. Negociaban los precios de los esclavos del interior y cobraban las regalías de los vendedores y compradores.

Cerca de 1,5 millones de esclavos Igbo fueron enviados a través del Océano Atlántico entre los siglos XV y XIX. Más de 1,5 millones de africanos fueron enviados a lo que entonces se llamaba el Nuevo Mundo - las Américas - a través del puerto de Calabar, en la bahía de Bonny, convirtiéndolo en uno de los mayores puntos de salida durante el comercio transatlántico.


La única vida que conocían

Nwaubani Ogogo vivió en una época en la que los más aptos sobrevivían y los más valientes sobresalían. El concepto de "todos los hombres son creados iguales" era completamente ajeno a la religión tradicional y a la ley de su sociedad.


Evaluar a la gente del pasado de África según los estándares de hoy nos obligaría a considerar a la mayoría de nuestros héroes como villanos, negándonos el derecho a celebrar plenamente a cualquiera que no estuviera influenciado por la ideología occidental. Los traficantes de esclavos Igbo como mi bisabuelo no sufrieron ninguna crisis de aceptación social o de legalidad. No necesitaban ninguna justificación religiosa o científica para sus acciones. Simplemente vivían la vida en la que fueron criados. Eso era todo lo que sabían.

Los esclavos enterrados vivos

La historia más popular que he oído sobre mi bisabuelo fue cómo se enfrentó con éxito a los funcionarios del gobierno colonial británico después de que se apoderaron de algunos de sus esclavos. Los esclavos eran transportados por intermediarios, junto con un cargamento de tabaco y productos de palma, desde la ciudad natal de Nwaubani Ogogo, Umuahia, hasta la costa. Mi bisabuelo aparentemente no consideraba justo que sus esclavos fueran confiscados.

La compra y venta de seres humanos entre los Igbo había estado ocurriendo mucho antes de que llegaran los europeos. La gente se convertía en esclavos como castigo por el crimen, pago de deudas o prisioneros de guerra. La venta exitosa de adultos se consideraba una hazaña por la que un hombre era aclamado por los cantantes de alabanzas, similar a las hazañas en la lucha, la guerra, o en la caza de animales como el león.

Los esclavos Igbo servían como sirvientes y trabajadores domésticos. A veces también eran sacrificados en ceremonias religiosas y enterrados vivos con sus amos para atenderlos en el otro mundo. La esclavitud estaba tan arraigada en la cultura que varios proverbios populares de los Igbo hacen referencia a ella:
  • Cualquiera que no tenga un esclavo es su propio esclavo
  • Un esclavo que mira mientras otro esclavo es atado y arrojado a la tumba con su amo debe darse cuenta de que lo mismo podría hacerse con él algún día.
  •  Es cuando el hijo recibe el consejo que el esclavo aprende

La llegada de comerciantes europeos que ofrecían armas, espejos, ginebra y otros bienes exóticos a cambio de los humanos aumentó masivamente la demanda, lo que llevó a la gente a secuestrar a otros y venderlos.

Cómo se comerciaba con los esclavos en África

 
  • Los compradores europeos tendían a permanecer en la costa
  • Los vendedores africanos llevaban esclavos del interior a pie
  • Los viajes podían ser tan largos como 485 km (300 millas)
  • Dos cautivos eran típicamente encadenados juntos en el tobillo
  • Las columnas de los cautivos eran atadas con cuerdas alrededor de sus cuellos
  • El 10%-15% de los cautivos murieron en el camino

Resistirse a la abolición

El comercio de personas africanas continuó hasta 1888, cuando el Brasil se convirtió en el último país del hemisferio occidental en abolirlo.

Cuando los británicos extendieron su dominio al sudeste de Nigeria a finales del siglo XIX y principios del XX, empezaron a imponer la abolición mediante acciones militares. Pero al utilizar la fuerza en lugar de la persuasión, muchos habitantes locales como mi bisabuelo pudo no haber comprendido que la abolición tenía que ver con la dignidad de la humanidad y no con un mero cambio en la política económica que afectaba a la demanda y la oferta.

"Creemos que este comercio debe continuar", dijo infamemente un rey local de Bonny en el siglo XIX. "Ese es el veredicto de nuestro oráculo y nuestros sacerdotes. Dicen que su país, por muy grande que sea, nunca podrá detener un comercio ordenado por Dios."

En lo que respecta a mi bisabuelo, tenía una licencia de comercio de buena fe de la Royal Niger Company, una compañía británica que administraba el comercio en la región en el último cuarto del siglo XIX. Así que cuando su propiedad fue confiscada, un agraviado Nwaubani Ogogo fue audazmente a ver a los oficiales coloniales responsables y les presentó su licencia. Ellos liberaron sus bienes y sus esclavos. "Los blancos le pidieron disculpas", dijo mi padre.

El comercio de esclavos en el siglo XX

El aclamado historiador de Igbo Adiele Afigbo describió la trata de esclavos en el sudeste de Nigeria, que duró hasta finales del decenio de 1940 y principios del de 1950, como uno de los secretos mejor guardados de la administración colonial británica. Mientras que el comercio internacional terminó, el comercio local continuó.

"El gobierno era consciente del hecho de que los jefes costeros y los principales comerciantes de la costa habían seguido comprando esclavos del interior", escribió Afigbo en La abolición de la trata de esclavos en el sur de Nigeria: 1885 a 1950. Añadió que los británicos toleraban el comercio en curso por motivos políticos y económicos.

Necesitaban a los jefes del comercio de esclavos para un gobierno local eficaz y para la expansión y el crecimiento del comercio legítimo. A veces, también hacían la vista gorda en lugar de poner en peligro una alianza útil, como parece haber sido el caso cuando devolvieron los esclavos de Nwaubani Ogogo.

Ese incidente hizo que Nwaubani Ogogo se convirtiera en un símbolo entre su gente. Aquí estaba un hombre que se enfrentó con éxito a los poderes blancos desde el extranjero. He escuchado la historia de los parientes, y he leído sobre ella. Fue también el comienzo de una relación de respeto mutuo con los colonialistas que llevó a Nwaubani Ogogo a ser nombrado jefe supremo por la administración británica. Era el representante del gobierno ante la gente de su región, en un sistema conocido como gobierno indirecto.

Los registros de los Archivos Nacionales del Reino Unido en Kew Gardens muestran cómo los británicos lucharon desesperadamente para poner fin al comercio interno de esclavos durante casi todo el período colonial.

Promovieron el comercio legítimo, especialmente de productos de palma. Introdujeron la moneda inglesa para reemplazar las engorrosas barras de latón y las vainas que los comerciantes necesitaban que llevaran los esclavos. Procesaban a los delincuentes con penas de prisión. "En el decenio de 1930, el establecimiento colonial se había desgastado", escribió Afigbo. "Como resultado, habían llegado a poner su esperanza de extirpar el comercio en el efecto corrosivo a lo largo del tiempo de la educación y la civilización en general."

Trabajando con los británicos

Como jefe supremo, Nwaubani Ogogo recaudó impuestos en nombre de los británicos y se ganó una comisión para sí mismo en el proceso. Presidió casos en los tribunales nativos. Suministró trabajadores para la construcción de líneas de ferrocarril. También donó voluntariamente tierras para que los misioneros construyeran iglesias y escuelas.

La casa en la que crecí y donde mis padres aún viven se asienta en un terreno que ha estado en mi familia por más de un siglo. Fue una vez el sitio de la casa de huéspedes de Nwaubani Ogogo, donde recibió a los funcionarios británicos visitantes. Le enviaban sobres con trozos de su cabello para avisarle cuando iban a llegar.

Nwaubani Ogogo murió en algún momento a principios del siglo XX. Dejó atrás docenas de esposas e hijos. No existen fotografías de él, pero se dice que tenía una piel muy clara. En diciembre de 2017, una iglesia de Okaiuga en el Estado de Abia, en el sudeste de Nigeria, celebraba su centenario e invitó a mi familia a recibir un premio póstumo en su nombre.

Sus registros mostraban que había proporcionado una escolta armada a los primeros misioneros de la zona. Mi bisabuelo era conocido por su habilidad en los negocios, su sobresaliente audacia, su fuerte liderazgo, su vasta influencia, sus inmensas contribuciones a la sociedad y el avance del cristianismo.
Los Igbo no tienen la cultura de erigir monumentos a sus héroes - de lo contrario uno dedicado a él podría haber estado en algún lugar de la región de Umuahia hoy en día. "Era respetado por todos los de alrededor", dijo mi padre. "Incluso los blancos lo respetaban.

Traducido de la versión original:https://www.bbc.com/news/world-africa-53444752?SThisFB&fbclid=IwAR1hzII5Zs1p-c6Aj-Y74lLcleo1cHOtqtE8ImhE3bG9hQpAXFlG0SOCI8c







Wednesday, July 8, 2020

Biden 88: Las mentiras que lo sacaron del camino a la presidencia.


No es la primera vez que Joe Biden se lanza a la presidencia de los EEUU pero las de 1988 fue un paseo efímero y vergonzoso. Los que recuerdan esa historia no se extrañan de que ahora lo vean descolocado mentalmente y que de su boca salga cualquier cantidad de inconsistencias, sabiendo que esa "boca" era, como buenamente apuntó en su día Lawrence I. Barrett, corresponsale de la revista TIME, "su mayor activo y su mayor inconveniente".

Desde el momento en que Joe Biden llega al Senado al principio de los 70s, entra en una lista de "presidenciables" para el Partido Demócrata. Aunque manejó sus deseos a la Casa Blanca, compartido por muchos de sus colegas, no es hasta el 9 de junio de 1987 que anuncia su candidatura para reemplazar a Ronald Reagan, quien fue elegido dos veces.  Para ello se apoyaba en su verborrea narcotizante, en una época en que la guerra fría se iba enfriando pero se ganaba méritos atacando a los "halcones guerreristas y del Pentágono" de la administración Reagan, su política exterior y asuntos complicados como África, la carrera armamentista y el antagonismo con la Unión Soviética.

Pero su momento de brillar Biden lo guardaba para las audiencias de confirmación a la Corte Suprema del juez conservador Robert Bork, donde esperaba desplegar a nivel nacional todo su intelecto y locuacidad. Sin embargo, no tuvo tiempo para esto sino que se llenó de lodo.

Unos días antes de que las audiencias empezaran, sale a la luz un video donde, dividida la imagen, se ve al líder del Partido Laborista inglés Neil Kinnock dando un discurso y a Biden plagiando frases del mismo en uno que dió en la Feria Estatal de Iowa. Y aunque intentó superar este tropiezo ya durante las citadas audiencias, más ejemplos de plagios y mentiras salieron a la luz.

Se ilustró los casos de usos de frases de Humphrey y Robert Kennedy sin alución a ellos. Se descubrió que durante sus primeros meses en la Facultad de Derecho de la Universidad de Syracuse, en 1965, Biden reprobó un curso porque escribió un artículo que usaba cinco páginas de otro publicado en una revista legal, sin comillas o una nota al pie de página.  El "golpe final" para la campaña se produjo cuando Newsweek descubrió imágenes de C-SPAN de Biden recitando sus logros académicos, incluso diciendo que se graduó entre los primeros 40s de su escuela de derecho, cuando en realidad ocupó el puesto 76 de 85.

Ante tanta evidencia de mentiras, fraudes y plagios, Joe Biden tira la toalla y abandona su campaña el 24 de septiembre de 1987, derrumbando las esperanzas que el Partido Demócrata había puesto en él y con ese lastre, la pérdida de las elecciones de 1988.

Han pasado años pero, como viejo mañoso y torticero, no ha perdido su linaje de chaquetero, liante, mentiroso y cantamañanas. Eso es lo que ofrece el Partido Demócrata para estas elecciones del 2020. Nada nuevo!

Extracto de un artículo de Olivia B. Waxman para la revista TIME del 30 de julio de 2019. Incluye actualizaciones y opiniones de Luyano Havana.