Friday, July 26, 2019

La muerte del cardenal.


Otra aura tiñosa del clan de vividores del castrismo ha muerto en el marabusal caribeño. El Cardenal Jaime Ortega Alamino, como muchos de sus antecesores, supo moverse en las aguas albañales de la convivencia entre dos corrientes diametralmente opuestas, el comunismo y el cristianismo. Por supuesto, su servicio al primero le valió su jerarquía y permanencia.

A pesar de haber pasado por la UMAP, los tristementes célebres campos de concentración reeducativos fabricados por el temprano-castrismo para torcer voluntades a religiosos, "desviados sexuales", artistas, etc, luego de siete meses es liberado y le dejan seguir en su ruta clerical. Es en esta época donde se supone que haya sido reclutado por los tenebrosos servicios de la Seguridad del Estado (G-2) bajo el nombre de Agente Joe, ganándose el desafecto de muchísimos parroquianos y sacerdotes que conocían la historia.

Es posible que algunos devotos sin votos, con botas rotas y botarates encuentren alguna bondad en este personajillo grotesco. Lo cierto es que cumplió su misión de resbaladizo jabón para la imagen de la dictadura. Fue nombrado mediador para una supuesta negociación de liberación de presos políticos (que serían desterrados posteriormente) pero en realidad fue el títere de la obra montada en su momento.

Fiel a su sentimiento, muchas veces atacó a los que se oponían a la dictadura, llamó al exilio de Miami como "la gusanera" y negó la existencia de más presos políticos dentro de la isla, a pesar de que se le presentaron pruebas de los mismos.

Hasta nunca más, sotánico diablo!

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