No todos podemos ser expertos en las artes adivinatorias. A través de los siglos han existido maneras de acercar el futuro al más acá y un ejército de clarividentes, charlatanes y hasta suertudos han propiciado esperanzas o malas fortunas interpretando lo que "leen" en el fondo de un vaso manchado de café o la mierda que recientemente has cagado, creando una mística y sorpresiva curiosidad en los que desean saber del mañana ahora mismo.
Si tenemos en cuenta que cualquier cosa es susceptible a ser escudriñada y dada a revelar secretos, la lista de métodos adivinatorios es interminable. Las más conocidas, la quiromancia (lectura de la palma de la mano), cartomancia (lectura de cartas de la baraja, el Tarot) y la astrología (con sus horóscopos y cartas astrales) son las favoritas pero hay algunos "expertos" que arriesgan predicciones por caminos menos ortodoxos.
La madre del famoso actor Sylvester Stallone, a sus casi cien años de edad, continúa llamando la atención con sus técnicas predictivas. Jackie Stallone lleva muchísimo tiempo profetizando y caracterizando a las personas a través de sus culos. La rumpología o anomancia es, según el escritor y académico estadounidense Robert Todd Carroll en su libro Rumpología para dummies, "el arte de leer las líneas, grietas, hoyuelos, verrugas, lunares y pliegues del culo de un cliente". Muchos hemos tenido experiencias rumpólogas al catalogar algún "culo triste" o "culo de avispa" aunque con la invasión de implantes las mujeres están graduadas en la detección y análisis.
Sin embargo, la mejor descripción que se puede hacer de este método, puede ser leída en una novela del fotógrafo y escritor mexicano Arturo Pizá Malvido titulada Este morir a gotas y donde describe que
"El ano es uno de los órganos más interesantes del hombre (genéricamente hablando). Aspectos de la conducta humana —tales como la lucidez, la apatía y la ira— tienen relación directa con las contracciones del esfínter anal. Está comprobado que estos movimientos de contracción, por su fuerza y regularidad, producen arrugas que sistemáticamente se aglutinan en el tejido muscular de nuestros cuerpos. Los pliegues y repliegues del ano, entonces, tienen mucho que ver con la conducta del individuo.
Por lo general, se ha encontrado que el número de arrugas por ano es de treinta y tres; siempre y cuando éste se encuentre en completo estado de salud. Repito, la experiencia indica que cada surco mantiene una relación definitiva con el carácter, capacidad mental, longevidad y destino de la persona.
Este último punto es materia de estudio de una novedosa e importante ciencia: la Anomancia; es decir, la investigación del fatum por medio de la lectura de las líneas del sieso. "
La esternomancia, esto es, leer lo que depara el futuro con la observación de los pechos (en realidad, seamos claros, las tetas de las mujeres) tiene sus valientes predictores desde hace mucho, cuando en realidad visualizaban desde los pechos hasta el ombligo pero que se ha reducido al refinar las "técnicas". Al igual que los culos, las mujeres también detectan intervenciones, rellenos y de una semejante con una simple mirada. Nada nuevo porque en el siglo XVIII se creía que mirar las tetas de las mujeres podía ser como un libro abierto sobre su personalidad.
De acuerdo con este método, la forma de los senos nos delata a la mujer que tenemos al frente, algo así como que tenerlos pequeños expone la preocupación de esta por su pareja pero tenerlos grandes es típico de mujeres alegres, optimistas y sensuales. Un pezón sobresaliente y bien formado confirma el caracter poderoso y dominante mientras que uno pequeño o invertido habla de una mujer reservada, introvertida. En los últimos años ha saltado a la fama una japonesa que toma las aureolas de los pezones de las mujeres como fuente de predicción al interpretarlos según el tamaño y coloración.
Como es natural, no pueden faltar los que se adentran en la escrotomancia y la clitomancia. La primera se refiere a detallar sucesos analizando los surcos de los testículos, su tamaño y peso. La segunda, haciendo énfasis en los pliegues labiales de la vagina, su color, tamaño, forma, olor y sabor. No he encontrado, por el contrario, nada referente a saborear un cojón para predicción alguna.
No importa cuán adelantada esté la tecnología, lo inteligente que seamos y la capacidad de movernos con rapidez. Viejos trucos siempre quedan para embolsillar a cantamañanas y darle un rayo de esperanza (o que le parta un rayo) al necesitado de un adelanto en sucesos.