El viaje en el tiempo es un elemento importante de la ciencia ficción que conocemos y amamos hoy en día, así como una consideración para los científicos que intentan descifrar sus posibilidades. Pero a pesar de su aparición en numerosas películas, libros y programas de televisión, es una idea relativamente nueva.
Las primeras menciones sobre el viaje en el tiempo siempre fueron sobre el avance. Textos como el antiguo "Mahabharata" indio usaban una versión en la que la gente se quedaba dormida o visitaba a un dios y cuando recobraban el sentido descubrían que habían dado un salto hacia el futuro.

Las historias de viajes en el tiempo se hicieron aún más complejas en 1941 con el cuento corto de Robert A Heinlen "By His Bootstraps", que mostraba al protagonista ocupando múltiples marcos temporales a la vez a través del viaje en el tiempo, y por lo tanto intersectándose con diferentes versiones de sí mismo.
Otras numerosas historias nuevas fascinadas por la idea de moverse a través del tiempo y el espacio, incluyendo "Regreso al Futuro", que explotó en las pantallas en 1985. Mientras tanto, en la televisión, la BBC inventó "Doctor Who" y lo envió a los hogares del Reino Unido en 1963. El programa presentaba a un viajero del tiempo profesional - El Doctor - y ha tenido un gran éxito a lo largo de los años con nuevos personajes, historias y universos. En 2018, Jodie Whitaker se convirtió en la primera mujer en asumir el papel.
Aunque no soy amante a la ciencia ficción, los recursos de la industria audiovisual ha incorporado buenos títulos al tema pero sin dudas me quedaría con la versión original de la película La Máquina del Tiempo, el libro homónimo del escritor H.G. Wells, la película Somewhere in Time (en español En Algún Lugar Del Tiempo, Deja Que El Tiempo Vuelva y Pide Al Tiempo Que Vuelva) del fallecido Christopher Reeves y las series Outlander y El Ministerio del Tiempo.
Como fantasía, bien. Pero la realidad es que no podemos regresar, ni
deshacer lo andado aunque muchos llevan a cuesta el pasado por muchos
años. Hay que disfrutar la vida, los momentos, para luego no añorar
maquinitas que nos den algo de felicidad.